Celmiro Koryto
"A manos
llenas"
Poemario
Israel-2010
Celmiro Koryto
"A manos Llenas" 2010
Obras Publicadas:
"El oscuro panal de la noche"2007
"Claves" 2009
Contacto:
korytoc@gmail.com
Revisión-Corrección:
Susana Zazzetti
Diseño
de tapa:
*Emooby
Derechos
reservados del autor:
ISBN: 978-989-8493-37-8
Impreso
en: Ebook
Con todo el afecto a:
todos mis amigos
vecinos, lejanos
y virtuales
Se
requiere de mucha desesperación, insatisfacción y desilusión para escribir unos
pocos buenos poemas. No es para todo el mundo ya sea para escribirlos o
siquiera leerlos.
Charles Bukowski
"A MANOS LLENAS"
" A manos llenas". Y tanto. Íntimamente, el poeta camina con decisión y urgencia por un sendero donde su palabra de hondo subjetivismo, nos enfrenta a un mundo profundamente sensitivo. Hay en cada expresión, un confesionalismo nostálgico y tierno, vertical, sin límites, y un reclamo sin respuesta hacia lo que fue, hacia lo que se fue arrastrado por el huracán del tiempo. Frente a su propio universo y su intemperie, frente al deseo de descubrirse pleno, el poeta dice " transito/ un tiempo de mariposas / íntegro / de pie/ en el umbral del oleaje", entregando, quietamente, su " yo" interno. Su decir va dejando marcas, sin abstracciones, en cada verso; marcas de vida sembradas en una calle olvidada, en los pechos de la mujer que ama, en el látigo del aire, en el infinito de su todo.
Poesía mansa, sutil, quebrada de a momentos por versos delicadamente eróticos. Poesía que dice su verdad de lluvia recurrente, la que lava penas, la que permite que este libro, con sus hojas llenas de horas vividas en el amor y el dolor, inaugure el juego existencial de hacernos sentir dentro de él, por su magia y sensualidad. Precisamente por eso nos eriza la piel. Como si hubiera sido escrito para cada uno de nosotros.
susana zazzetti.
" A manos llenas". Y tanto. Íntimamente, el poeta camina con decisión y urgencia por un sendero donde su palabra de hondo subjetivismo, nos enfrenta a un mundo profundamente sensitivo. Hay en cada expresión, un confesionalismo nostálgico y tierno, vertical, sin límites, y un reclamo sin respuesta hacia lo que fue, hacia lo que se fue arrastrado por el huracán del tiempo. Frente a su propio universo y su intemperie, frente al deseo de descubrirse pleno, el poeta dice " transito/ un tiempo de mariposas / íntegro / de pie/ en el umbral del oleaje", entregando, quietamente, su " yo" interno. Su decir va dejando marcas, sin abstracciones, en cada verso; marcas de vida sembradas en una calle olvidada, en los pechos de la mujer que ama, en el látigo del aire, en el infinito de su todo.
Poesía mansa, sutil, quebrada de a momentos por versos delicadamente eróticos. Poesía que dice su verdad de lluvia recurrente, la que lava penas, la que permite que este libro, con sus hojas llenas de horas vividas en el amor y el dolor, inaugure el juego existencial de hacernos sentir dentro de él, por su magia y sensualidad. Precisamente por eso nos eriza la piel. Como si hubiera sido escrito para cada uno de nosotros.
susana zazzetti.
sin calendario
busco contornos
que modelen claridades
mares de misterio para nadar azogues
la noche oprimiéndose muda
hálitos de vida donde forjar el cuerpo
por conocer la risa de los ángeles
busco la pista en la duración del baile
besos acopio en los bordes de mis tazas
otros duran en las bocas
como libros no leídos
que
ya no importan
percibo un agujero en el pecho
del que escapo
a través de un
viento perfecto
me hundo en el
silencio
me estremezco
en contracciones de pájaro herido
pero el frío me
mantiene alerta
hay perros que
lamen mis heridas
buscan mis
pedazos
y alcanzo un
reino de sonrisas
pleno
de
insatisfacciones
carente
de amor o
deseo
revelo
que en el
no llegar
vive el
juego
de
desplegar
la vida
con
la boca
abierta
sedienta
de besos
bucea en
el alma
un ser
estrecho
y en su
disputa
de ser
parte
sin
regreso
existe
un punto
solitario
en el
pueril espacio
para
detenerse
en que el cuerpo
cae
y resuena
antes de irme
besé tus labios
ahora
la fría
piedra de agua
es rigor
que me
cubre
en el último paseo
de tu
mirada
ciegamente
buscan luz
no senderos
desde el
umbral
todo es
desagüe
pero se
adiestran
a caer
y en vuelo
descubren
la
ausencia
abrazo
el cuerpo
cercado de límite
bordo
los bordes
del vacío
a mi lado
alguien
respira
el sueño
que
enmudece
mi corazón
muero
cada día
un poco más
y en la hora
más callada
al mirarme de reojo
soy un reloj
que se detiene
bebo en la tarde
vino de aroma
confundo tiempo
alrededor y dentro mío
por mirar lo
oscuro de lo claro
veo esconderse el
sol tras el recodo
y en mi soledad
de monedas y
cofres
nadie viene a
acompañarme
las manos
acunan
gotas
sangrientas
brotan
hendidas
de herida
son lluvia
rojiza
de pétalos
agitados
por
vientos
de
indiferencia
penetro
tu amor
como
penetro
la tierra
en la
aridez de la piel
la sequía
de mi sed
tiene dueña
y en ella
siego
los
amaneceres
en el afán de amar
las ansias huyen de sí misma
nacen de un fuego respetado
que fragua lanzas de jaspe
y encendidas palpitan
palabras morbosas
lamentos que graban
su giba
envenenada
llegué con la lluvia
bañado de
promesas
sepulté miedo y soberbia
en el
útero de fuego
de la
mujer que amo
prendido a
un alfiler de luna
persisto la oscuridad
paciendo
las horas
de su
aroma a cedro
me pregunto:
quién es
el verdugo…
doy mi
espalda
al paredón
de muerte
triste jardín de invierno
donde
paracaídas
descienden
para abrigarme
del
disparo que llena el aire
y
alborota las aves
como
moscas sobre un cadáver rancio
hasta
sumar a la piedra manchas
que
secará la aurora
rigurosa
se entregará
sin entregar nada
carente de ropa
bacante de
hombres
beberá de labios
y lenguas
incluso morirá
en su loco ojo de
hembra
…sumergida
una espiga de hambre
y otra de dolor
germinan
lunas sangrientas
navajas
traspasan un grajo
enterrado vivo
en el yunque de un pecho
al encender las lámparas
la vida clama
el nombre equivocado
un reloj de
arena
desvanecido
interrumpe
el líquido tiempo
detenido en mis ojos
vago en el alma
vestido de tinieblas
habito
el vacío
de mis manos ansiosas
con los labios callados
adquiero
vocación de bruma
arañando muros
la escasa pasión
gesta hielo lumbar
en los rincones ácidos
de los asideros del cuerpo
inquieto en la tarde
el crepúsculo herido
en un guiño de discordia
acoge incierto el mañana
herido por el rayo
disipo
la piel bruñida
en el titubeo de
mis actos
tus manos
en carbón
encendidas
recorren
las
huellas de mis escalofríos
siendo la harina
de tu pan
masa copulativa
mi sangre se
vuelve vino
que bendecido
vierte
su elixir calizo
transito
un tiempo de
mariposas
de pie
en el umbral del
oleaje
en la tarde
hembra
donde aflora
la permanencia
de la guerra y
del hambre
ansío el cielo
para volver al
lugar
donde no estuve
en años
tu lugar en la mesa
está vacío
silenciosa
la mecedora
aún acuna la sala
sólo
tú inactiva
bajo la gran sombra
supura en la piedra
la sangrienta bruna
que enturbia mi corazón
varados en el pasillo
del "Café de los angelitos"
hay dos espejos opuestos
tres imágenes albinas
suceden cuando paso
la locura viaja la sangre
y enciende el mapa
sin nombre de mi mente
hundidas en los bolsillos
las manos ardientes
salgo a la calle
el sol parte mi cara
la piel
elige las sombras
ahora
no entonces
acuno tempestades
desfallecido de
brazos
la sangre de no ser
cala mi cuerpo
con cubos de lluvia
y me enreda manso
en el escaso
abrigo
tal vez por esta noche
paciente en su espesura
tú oscuridad
me abraza distinta
agazapada
en el frío aliento de tu boca
las piernas separo
soy mandrágora
con aroma a frutos secos
encima o debajo
mutable
muero de ternura
en el grial
que me
derramo
es tiempo
de decirte
adiós
tampoco
hoy
has venido
plegada
vago
en el
aroma de un grito
sé del
frío
dolor que
hiela
mi ciega
boca
y me maldigo
apoyo
los pies en el
suelo
mi boca tiene el
sabor
de una ciudad
abandonada
me urge poner
tierra de por medio
para eliminar el
alcohol
de la noche negra
con el café de la
mañana
acerco una muerte
para alejar otra
no sé si soy humano
o un nuevo
insecto
de largas patas
que se desliza
sobre el agua
tras unos minutos de limpieza
van y vienen
cansados
los recuerdos
en busca de
nuevas fuentes
de nuevos tiempos
una araña
se pasea por mis
emociones
por mis bajos
instintos
por la punta de
mi lengua
deja caer las
pestañas
agrupadas como
juncos
entre ausencia y
espera
desaparecen los
años
mi corazón
es un callejón de
nostalgias
de abriles y
primaveras
cosidas en las
costuras
de los
terraplenes
ahora
que la vida
tiene paciencia
de otoño
se desbanda
en los contornos
húmedos
induciéndome en
la alquimia
de piel y
palabras
lástima que en mí
no dure
ya sudor ni
cicatriz o sangre
o espacio en la
noche
para resucitarme
todo empezó
un día de lluvia
en que profané
gotas
con obscenos
pies descalzos
las manos
lavaron mi sombra
lo magro de mis
oscuridades
tendidas en
equilibrio
revelaron
las estrellas
bajo las que se mece
mi desnuda
necesidad
dondequiera
que voy
el roce de un tranvíaenciende en mí
tú recuerdo
deja pasar
tan poca luz
que debo recopilar
pruebas
de su existencia
un viento extraño
separa
las cortinas de la ventana
me siento muerta
en tantos fragmentos
en la misma muerte
diferente
soy la niña
de la fotografía
que fue tu madre
la tierra
es el infierno
de otro mundo
enterrado
en las tinieblas de un zapato
y yo un desierto
un hombre con un dolor
anónimo
y mi corazón
en aprietos
una flor blindada
llovizna
la calle
inundada de ojos
bifurca las miradas
que sin regreso
son metáfora
de melancolía
yo que siempre
caminé bajo el sol
para que me pretendas
mujer solar
dejé de tener tiempo
a espalda libre
su vientre se deleita
en los tumultos
confía en la carne de su fe
en la costilla de la noche
si consiguiese retirar
esa mancha roja de los ojos
esa jauría de
caballos de agua
escucharía la sirena
cercana/ muy fuerte/
pero es tarde
hay demasiada sangre
entre las hojas
tu piel
posee violetas
empañadas en niebla
sales de la luz
a la oscuridad
sumergida
en lecho firme
eres atemporal
en la poesía de la carne
una partícula
que oscila y luego cae
en el cuarto
por las noches
creí oír la
lluvia
aún cuando no
llovía
lo descubrí
al darme vuelta
de un lado al otro
era la hojarasca
de mi camastro
sin despertar
el café humeaba
y el cíclope de
mi ojo
era lo único dormido
siete días
estuvo muriendo el abuelo
lentamente
hora a hora
su cuerpo fue un barrilete
que perdía altura
y en el último instante
tentó
cielo
en la mañana
cuando el gallo
canta hasta la tercera voz
ya no te pertenezco
me llego a la plaza
y a otros desvíos
tú seguirás
en tu luna de agua
yo /voy a luchar
con la palabra
haciendo de mi poesía
un eterno ensayo…
…no te rindas
a temores injustificados
asume un tiempo
de habitaciones separadas
hasta la cita de
los martes
en el rincón
de una calle olvidada
la mujer se astilla
es viruta
de la madera del tiempo
porque decide
seguir hablando
dice que la claridad
del chocolate
vive en la oscuridad
de su mente
abrocho
mis manos
al pecho de tus senos
tu lengua a mi lengua
mi muerte a tu savia
y todo el futuro
para desandar el tiempo
hacia lo infinito
no sé dónde
se juntan los huesos
quizás
en un plato de horrores
en la mesa del inframundo
donde el quejido de Hades
guía las sombras errantes
de su alma mitológica
más allá del tiempo
huesos con memoria
que no pulirá la lluvia
sólo duran
las manchas de humedad
en la identidad del cuarto
en el que el perfume
sellaba las marcas de la piel
encendiendo
ese tumulto incierto
entre las piernas
con sólo oír tu ronca voz
casi llorada
en la grandeza de tu muerte
sin
necesidad de esperas
todos copiamos a Penélope
la vida
marca las horas
con relojes
que lo hacen a impulsos
para caer
exhaustos
en el blanco
de sus pausas
sobre un diván
de tela dorada
los gobelinos de la piel
empañan la alcoba
escaleras
trepan a algún sitio
a exponer piernas
caderas labios
los cuerpos agolpados
buscan saber
si ayer
sobre el rojo brocado
fueron aves en vuelo
o cuentos chinos
ella
no entiende
mi poesía
tal vez
yo debiera callar
esa lengua escrita
en la que digo
demasiadas verdades
espero el último autobús
escucho el silencio
fuera de mí no hay nadie
huelo la noche
mejor que el día
en nada pienso
y nadie piensa en mí
de hecho podría
no haber estado
y vivir otra época
en la sonrisa de la noche
un genocida
busca habitación
por unas horas
teme la oscuridad
y enciende la luz
es un enigma su tara
pues la negrura
de su alma
surge cada día
en la mesa
de alocuciones
desperté
en un campo de cardos
el brujo en medio del ruedo
fumaba su pipa
la sombra del único árbol
arañaba mis pupilas
un cielo arenoso
anunciaba tormenta
todo fue sombras
sin ver los labios de nadie
nos mojamos
con los cuerpos agotados
y fugaces
no lean
lo escrito
en medio de la hoja
lo que vale
está en los márgenes
en letra minúscula
muy plegada
pensamientos
resúmenes
la síntesis dormida de un río
que atraviesa una gran nada
por el lugar
que no se debe
cruzarlo
figuro
en el instante
no decisivo
lo substancial
es que todo se repite
un lazo de notas
en una memoria de mundo
un vacío lleno de
significados
una moneda perdida
en el aliento largo
de un niño cuando era niño
por caminos
apagados
mi respiración
es cuchillo del mediodía
filo de Toledo
en su ceguera
decide
perforar un corazón
abierto a la luz
de un cuarto a oscuras
reo del invierno
donde aloja la noche
siento en la piel
el aire del látigo
en la dureza
de dos manos que caen
y
sacuden mis huesos
hay algo trágico
en el perfume que desprenden
el mismo que persigue
o recoge mi muerte
en las acequias
de la noche
si me miras
llega mi noche más temprano
como si no me
conocieras
tientas mi mundo
y penetras los
abismos
que te abro
para mecerte en
mi regazo
en el que te
quedas
ciertas noches
llego para
ceñirte
cuerpo
que siempre me
eludes
huyes en la luz
nocturna
enlazado a mi mensaje
eres rumor de
ausencia
en huellas etéreas
y sólo dejas en
mí
tu nombre
atrapado
en cuatro estacas
indecisa
la vida consulta
en la piel los
nombres
imagen y
evidencia
en lento eco
miedo a florecer
en vacilante
trama
arcilla
en estupor de
quebrarse
siempre
prefiero la
penumbra
para errar en las
ideas
en las sombras
guardo
el secreto de las
cosas
la idea que
prende el velador
la arrojo a la locura
y todos los suspiros
de marino y faro
en la playa yacen
junto a un niño
igual a mí
algunas noches
no entendí
la sed del agua
fría
tampoco los días
en que nos
quisimos
absolutos
en ese abrir
de nuestros
huecos
donde llené
la vasija de tu
cuerpo
que luego
derramaste en mí
hay veces
que juego al destino
todo el capital
de mi vida
incluso cuando
gano
sé que pierdo
la última
oportunidad
de ser el guardián de mi muerte
(nunca muero del
todo)
con paso de
tortuga
me desplazo
en la codicia
de no llegar a la
meta
siente ser
una muñeca de
trapo
que vivió su
holocausto
y ahora
a su empolvada
caja
sabuesos
vigilan
el frío aire
que traspasa
su corazón de
estopa
en el recuerdo
de sus niños
dueños
en la silenciosa
arena
las huellas de un
pie
resisten
el peso de un sentimiento antiguo
eunuco de musa y
poesía
llego al agua de los recuerdos
y poso mi cuerpo
estriado
en el útero de
una duna
para nacer
y morir de nuevo
una
va al entierro
de sí misma
muere sin querer
tras una piadosa
mentira
llega al extremo
del amor
prendida a sus
ojos
los quiere de inmediato
porque palidecen
en azul
cuando enfrentan
la maldad del
espejo
con sombras de
duda
agoniza tras él
gasto un cuerpo
que es el mapa
de una cicatriz
y la piel
un guante arrugado
abro el becerro
en su mitad
lo tiendo
desde mis hombros
desnudo
me veo vestido
y salgo al mundo
disfrazado de híbrido
tengo
vocación de rabia
invento felinos
bajo la lluvia fallida
en la espera
que germinen las estrellas
acuno milagros
en cuencos de asombro
encendido en la caricia
de la carne en su caída
a intervalos
escucho
el corazón
palpitar distante
a los lobos
aullar en la
distancia
cuando el mío les
contesta
en la quietud de
mi mente
respiro y percibo
el mundo dar
vueltas
alrededor
del tiempo /de
las nubes
desde un tráfico
mudo
aúllo hacia
afuera
aúllo hacia nadie
hoy
enhebro y
deshago palabras
que levitan sobre
mi ánimo
como móviles
en un round con
Dios
cierto deseo
abre un abismo a
mis pies
y la lava del
llanto
se desliza
por las
pendientes del rostro
sellándome la
boca
llueve
en la global Tel
Aviv
leo las noticias
el expreso es
italiano
la guerra mi
recelo
atiendo
menos gastado
que el mundo o mi
abrigo
el murmullo que
me rodea
la negrura que
endulza
paraliza la
realidad
pero asocia
cosas simples y
menudas
en espera de una
paz
que me lleva la
vida
la esencia
se hizo concisa
en sí un haiku
de rubíes rotos
gotas de sales
mar de vainilla
cien abejorros
en mil peonías
olvido y silencio
acuñan memoria
plagian vida
un hombre solo
escucha en voz
alta
el silencio de su
alma
y recibe
una única
respuesta
reclinado en la
esperanza
de la ladera de
su roca
escarba el
misterio
infinito del ser
-in mente –
observa
que sólo el
hombre
puede salvar
al hombre
de su destino
hay poemas
que nos dejan
una excelente
soledad
un cansancio
físico
como el avivar
con leña
los fogones de la
cocina
que sudan al que
los atiende
en mañanas
cargadas
de sed y líquido
así todos los días de los años
hacha al hombro pluma en mano
indago en los
sexos
de las bestias descuartizadas
acto de amor y de
coraje
con el mayor
respeto
ciertas mujeres
me miran
con ojos abismales
y me regalan
su perfume a
decencia
desde un prisma
imaginario
son tiempo que
crea tiempo
simples testigos
de gatas parturientas
yo ando las
veredas
con la chaqueta
al hombro
seguro
que al amar
amé como se debe
la mujer una rosa
todo perfume
irradia
fatal
entre espinas
un corazón
que para entrar
en él
hace falta una vela encendida
y para salir
tejer una llave
que libere el
estigma
del lado de
afuera
de sus orillas
donde se tiende a
beber
el animal que es
lo vi aparecer
por el espejo
como una máquina
gastada
lucía espalda
de hacha agobiada
cabeza de gallo
piernas zambas
con jirones de
tejido
rojo brutal
abierta la herida
sin lograr contener la hemorragia
cubierto
de espinas y de
sal
llego a un punto
en que no quiero
que nadie ni nada
me toque
ni lo malo ni lo
bueno
ni el ladrón ni
el poder
ni la letra ni la
ciencia
me dejo hundir
en la filosofía
que no tiene ayer
en tanto el
viento
despeina mis ideas
bajo un seto de adelfas
yace la tarde y
mi cuerpo
me cansa pedirte
y ser
un punto y coma
perdido
en el lado débil
de tu sueño
soy
tinaja de agua
temblorosa
miel derramada en
los labios
condenados al ocio de tus dientes
lombriz
sin ojos
que muere por ser llama en tu espalda
sutil suspiro en
tu escote
y al decirme -te quiero-
tu voz deja mi alma absorta
en el lecho donde divago
me disuelvo como miel
en el té de las cinco
la cucharita de la tarde
reúne mis residuos
-pero no piensen que no existo-
alguien
beberá
y seré parte de otro cuerpo
alimento de otra mente
espuma en otras venas
-pero no piensen que no existo-
-ustedes me leen
aún disuelto-
un vagón
con luces y vacío
es el barco de mi
cuarto
proa al viento
ruge a babor y
estribor
hace
jirones
descoloridas
banderas
y despierta
en un océano
indomable
donde la ciudad
flota
sobre un colchón
de agua
no tengo perdón
a veces juego
-in mente-
con la vida de los otros
acoplándolos
en la insípida memoria del agua
o acomodando
sus huesos en la estopa
ellos en su muerte
se desmenuzan en la boca
hablan conmigo
en voz bien baja
y el barro cae cada dos vocablos
sobre los pechos
sobre la carretera
índice:
sin
calendario…11
percibo
un agujero en el pecho…12
pleno…13
con…14
existe…15
antes
de irme…16
ciegamente…17
abrazo…18
muero…19
bebo
en la tarde…20
las
manos…21
penetro…22
en
el afán de amar…23
llegué
con la lluvia…24
me
pregunto…25
rigurosa…26
una
espiga de hambre…27
un
reloj de arena…28
arañando
muros…29
disipo…30
transito…31
tu
lugar en la mesa…32
varados
en el pasillo…33
ahora…34
tu
oscuridad…35
es
tiempo…36
apoyo…37
van
y vienen…38
mi
corazón…39
todo
empezó…40
dondequiera…41
un
viento extraño…42
la
tierra…43
llovizna…44
a
espalda libre…45
tu
piel…46
en
el cuarto…47
siete
días…48
en
la mañana…49
en
el rincón…50
abrocho…51
no
sé dónde…52
sólo
duran…53
sin…54
sobre
un diván…55
ella…56
espero
el último…57
en
la sonrisa…58
desperté…59
no
lean…60
figuro…61
por
caminos…62
siento
en la piel…63
si
me miras…64
ciertas
noches…65
indecisa…66
siempre…67
algunas
noches…68
hay
veces…69
siento
ser…70
en
la silenciosa…71
una…72
gasto
un cuerpo…73
tengo…74
a
intérvalos…75
hoy…76
llueve…77
la
esencia…78
un
hombre solo…79
hay
poemas…80
ciertas
mujeres…81
la
mujer una rosa…82
lo
vi aparecer…83
cubierto…84
bajo
un seto…85
me
disuelvo…86
un
vagón…87
no
tengo perdón…88
ante
mi asombro…89

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