Celmiro
Koryto
Desde
la yema
Poemas
s/t ni sutilezas
Israel-
2010
Celmiro Koryto
ISBN- 9789898493361
Publicación: E-book
Editorial: Emooby
"Desde la yema" poemas
escritos desde el centro del libido a lo intelectual y reflexivo, tomando como
común denominador lo escrito por Blas Pascal "el hombre no es más que un
junco, el más débil de la naturaleza, pero un junco pensante".
Este lenguaje poético concéntrico es el que despierta lo síquico de las causas y lo convierte en absurdo, esencialmente cuando amor y muerte es sinónimo del pecado original hasta su fin…siendo la clave aceptarlo.
Poemario que aúna surrealismo con subjetivismo en un estilo propio y habla de la madurez y el envejecimiento bajo una llama de ironía…
…ese bien hace daño/ escrito para llenar vacío/la espina del esqueleto /eructa desvelo... fundido/ en el corazón de una manzana/gasta camino en los pasos/
de un zapato negro y otro castaño.
Este lenguaje poético concéntrico es el que despierta lo síquico de las causas y lo convierte en absurdo, esencialmente cuando amor y muerte es sinónimo del pecado original hasta su fin…siendo la clave aceptarlo.
Poemario que aúna surrealismo con subjetivismo en un estilo propio y habla de la madurez y el envejecimiento bajo una llama de ironía…
…ese bien hace daño/ escrito para llenar vacío/la espina del esqueleto /eructa desvelo... fundido/ en el corazón de una manzana/gasta camino en los pasos/
de un zapato negro y otro castaño.
EL AUTOR
me atrae
la mujer
vestida
en tela barata
la que apacigua
pasión
en el vaivén
de sus caderas
y
viaja del ojo
a la lengua
el águila
de mis ojos
vaga por vientos
que decapitan corolas
no tiene miedo
de trepar invisible
y describir con la voz
su cálido aliento
miro viejas fotografías
y recuerdo la tarde
siempre la misma tarde
en que mi padre
hamacaba su locura
y sus manos me elevaban
cruzando el espacio
sin estar ahí
consumido
-soy sin saberlo-
el producto acabado
en el rincón más triste
allí
husmeo
lo vació de la vida
en el alimento del plato
si me veo
completo
mi yo
sospecha
la realidad
que traiciona
el tedio
del casi amor
pienso
que mi vida
fue tejida
en papel de arroz
no apesto
aún respiro
y fuera de foco
mi talón
apunta al infinito
uno es viejo
recién nacido
eso me hace pensar
que puedo aguantar mucho
o romperme
como un ánfora
un
espejo
o un
corazón
más que la muerte
sufro
mi nacimiento
y aunque a veces orino
contra el viento
la tierra
me abrigará
allende
de las orillas de mis brazos
sumido
en un piélago
de lágrimas
cargado de soles
bebo el azul del cielo
camino las calles
de un
desierto
sin agua y sin salida
soy un fulano
que no se explica
cómo cambiar de estilo
libre
quiero
tender un mantel
y desmantelar
la realidad
vivir en blanco
esparcir semillas
ser arroz
etéreo rocío
el lado negro
del chocolate
es el más amargo
vendidos a 30 dólares
te hace sentir en la boca
el coágulo de sangre
de un niño
de Mali
cada vez que lo embalan
en papel de aluminio
heridos por la noche
los fanales
atraen y fugan
aquello que no está en mí
amores lejanos
arrancados de cuajo
con la menor de las brisas
qué hacer
si no hay ganas
si el hacer
no es agua
y la harina
siquiera
un lugar
donde hundir los
dedos
perdura
todo lo que queda
en mí de tu lengua
y migas
en los bolsillos
sedientos
uvas salvajes
mojan el vino
de la razón
filtrando
una noche
que no es ésta
habita
la cueva del hombre
ido
la mujer
del útero de piedra
colmada de uñas y
dientes
de orugas y frutos
secos
el idioma de la leche
suscita en tus
pechos
el agradable
charco meloso
que lo nutre
en el lecho
uno es orilla
del otro río
dilatando
los finos hilos
de los brazos
nos hundimos
soy el insecto
(no el de Kafka)
entre nosotros
todo es hoy sin
ayer
y mi tumba
ya sangra
en la pared de
papel
algunas veces el
amor
es miel envenenada
en labios femeninos
nos alimentan
o nos despojan
nada está vacante
como el viento
cuando los sueños
vuelan en bandadas
en el rastro de una
lágrima
medito
a quien va dirigida
mi pena
los
que van a morir
van
a la feria
soy como el polvo
en todo se posa
a su manera
purifica
todo lo que hiere
debajo del brazo
cuando niño
habite islas
no sitiadas de agua
ahora
paso una rara época
camino sobre mí
mismo
buscando lo absoluto
sólo me quedan
cinco minutos de
luz
y
muchas vidas
para entenderlo
sin piedad
la lluvia
patina
en los tatuajes
habla el silencio
del cuerpo
que se deja
deslizar por un tubo
él vive el invierno
con esperanza de flor
es sakura
en primavera
y goza el tiempo
sin dejarse caer
como si dos semanas
en lo humano
fuese efímero
olas blancas
dejan de lado
la seda arrugada
poco miran los ojos
cuando se muere
en la sed del tacto
y son
en un pequeño
charco
no más
que hojas curvadas
modulando goznes
en
el arco de la tarde
se
cierra la puerta
tensas
las manos
un
sutil trazo de uñas
dibuja
estrías
en
la espalda de la piel
sobre las aguas
donde el sol apunta
agudas aristas de
cristal
mal tallan la roca
en la distancia
una boca
resignada de sed
huele a maníes
salados
y cultiva en la mirada
un huerto de largas
horas
exige
sentirse libre
plenamente solo
reconocer
el bienestar
del aceite
que cocina su asco
y esparce en el
aire
las partículas
bajo muros
cansados de casas
viven poetas
llegados a la vida
con la más baja
carta
-idos además-
que sueñan y dejan
teléfonos
desconectados
al filo de la
madrugada
dice:
llevar el amor
siempre escaso
es mejor
sentirlo hambre
porque sin razón
en el vientre
clava las dudas
ahora
los cuerpos
se unen de pie
de prisa
sin ahondar
delicias
actos de Fast Food
arraigados en los bordes
de las servilletas.
soy polvo
que limpian
las manos
de quienes me
quieren
también un poeta
con
cicatrices
y
ciertos dolores
cultivados
por educadores
muy severos
sin mañana
sólo ayer
desnudo
pienso
con qué ropa
cubriré el cuerpo
que anule la anarquía
de lo oscuro de mi todo
sucede
que de noche/soy
un viejo barco
con su infancia a bordo
en un mar
que rebasa tibiamente
sin tiempo
en
las palmas de las manos
ciertas sonoridades
mueren antes del tañido
cuando tú pezón
hace borbotear
lo
líquido de mi sed
el bien a veces
hace tanto daño
como escribir
pequeños versos
cuando el mundo es tan vano
y nosotros
llenamos el vacío
el camino que desando
no es aquel familiar
cubierto de ausencias
es sólo un abrazo de polvo
con olor a exaltación extinguida
en la muerte de un hombre
casi vivo
asustan las tinieblas
de noches sin persianas
dejan luz de luna
tapizar
la desnudez del cuerpo
con la mirada clara
que eructa del esqueleto
la espina del silencio
ha traspasado
mi careta
donde los días de los labios
han creado un gesto
el cuerpo de maíz
desgrana
un hombre
con mirada de largas mariposas
arrebujado de ataduras
en su amor ausente
estira las manos
como redes flojas
y teje la música del viento
consumido
en una ciudad de fuegos
siempre
en busca de la verdad
detrás
del espejismo
del eco
ocupamos
la misma estación de ser
fundidos
en el corazón
de una manzana
de naufragios
reales
brota el poema
en busca de aquello
que no se halla
precisamente
aquello
que no se tiene
oigo crecer la
hierba
huelo la música
con el mirar
esclavo
con el mirar vacío
voy a vivir a un
friso
donde silencio y grito
plasman la llaga
sin fuerzas que
reubiquen
la densidad de mi
angustia
violento de luz
urgente de palabra
canto el puro dolor
poblado de
matices
rico en nada
el sismo de sus piernas
divulga mutada
la esfinge del cuerpo
en el cual los
labios
sucumben
al alimento de
antaño
beben el pecado
del sueño infinito
que surge activo
en la tupida apariencia
mis pulmones son
dos palomas
desinfladas
y tú/ respiras
en mi estómago
alucinada
con una brújula de
polvo
buscas
mis frágiles ojos
hogaño
insolentes fantasmas
recorren mis sueños
allí
donde nada es seguro
en medio del
corazón
una oscura rosa de
fuego
marca sin pecado
el equinoccio de la
vida
los cuervos dicen
sus plegarias
desde el cerco de
la casa
cuando la vida
en equilibrio
cruza el espacio
y cae sesgada
en el dolor que
visto
de andar
en romance con la
vida
fui pasto de los
sueños
en cada despertar
sentí el hastío
los gatos y los
días
el silencio
asumido de la rabia
en las pisadas
de un zapato negro
y otro castaño
pinto signos
con sibilinos
cabellos de seda
y revelo
un bosque de frisos
con deidades
de trazos curvos
más allá
de los tálamos
y las tardes
acecha el amor
en la trama
han muerto
cansados de la vida
los poetas
con el dogal
en las gargantas
y la angustia creada
por judas y caínes
renunciando
al aplauso
de los buenos
desayuno
con poemas de otros
mientras los ojos
van y vienen
entre pétalos
de tilo y de magnolias
y trato de ser y no
soy
ese verso que me
quema
mientras
la lluvia cae
sus manos separan
los puntos buenos
de los muy buenos
ésta noche
serán arroz
en el mantel
que mañana
vestirá el altar
hoy temprano
tenías
algo distinto
en la mirada
que se hacía río
le traías pan
al hambre
y jacintos
al alma
con el amor prendido
a anzuelos
de bajo costo
retumba
el silencio
en la boca mansa
plegada
como una nube
en la tarde
las manos
llenas de arena
lo dejan caer
cual esperanza
a corto plazo
gira que gira
una lágrima
en la mejilla del
tiempo
sus esporas
migran de locura
se consuela
sin consuelo
endeudada de sangre
pulcra de sombra
define
la belleza del alma
como un vaso
entre flores
bebe el rocío
mi piel se empaña
de luna no vertida
y sin profanar
marchitas hojas
me uno a las
cenizas
de mis queridos
la vida
se evapora
como burbujas de champan
del cáliz del
cuerpo
pero si introduzco
una cucharita de
plata
en el cristal de su
copa
la contengo
visto
el esqueleto
de tejidos versos
con el hilo
del dolor extraído
allí resistirán
en caparazones de
ostras
el desencanto
de mi hombría
inciertos ciclos